Fuente: biografiasyvidas.com
James Clerk Maxwell (Edimburgo, 1831-Glenlair, Reino Unido, 1879)
Físico británico. Nació en el seno de una familia escocesa de la clase
media, hijo único de un abogado de Edimburgo. Tras la temprana muerte de
su madre a causa de un cáncer abdominal -la misma dolencia que pondría
fin a su vida-, recibió la educación básica en la Edimburg Academy, bajo
la tutela de su tía Jane Cay.
Con tan sólo dieciséis años ingresó en la
Universidad de Edimburgo, y en 1850 pasó a la Universidad de Cambridge,
donde deslumbró a todos con su extraordinaria capacidad para resolver
problemas relacionados con la física. Cuatro años más tarde se graduó en
esta universidad, pero el deterioro de la salud de su padre le obligó a
regresar a Escocia y renunciar a una plaza en el prestigioso Trinity
College de Cambridge.
En 1856, poco después de la muerte de su padre,
fue nombrado profesor de filosofía natural en el Marischal College de
Aberdeen. Dos años más tarde se casó con Katherine Mary Dewar, hija del
director del Marischal College. En 1860, tras abandonar la recién
instituida Universidad de Aberdeen, obtuvo el puesto de profesor de
filosofía natural en el King's College de Londres.
En
esta época inició la etapa más fructífera de su carrera, e ingresó en
la Royal Society (1861). En 1871 fue nombrado director del Cavendish
Laboratory. Publicó dos artículos, clásicos dentro del estudio del
electromagnetismo, y desarrolló una destacable labor tanto teórica como
experimental en termodinámica; las relaciones de igualdad entre las
distintas derivadas parciales de las funciones termodinámicas,
denominadas relaciones de Maxwell, están presentes de ordinario en
cualquier libro de texto de la especialidad.
Sin
embargo, son sus aportaciones al campo del elecromagnetismo las que lo
sitúan entre los grandes científicos de la historia. En el prefacio de
su obra Treatise on Electricity and Magnetism (1873) declaró que
su principal tarea consistía en justificar matemáticamente conceptos
físicos descritos hasta ese momento de forma únicamente cualitativa,
como las leyes de la inducción electromagnética y de los campos de
fuerza, enunciadas por Michael Faraday.
Con este objeto, Maxwell introdujo el concepto de onda
electromagnética, que permite una descripción matemática adecuada de la
interacción entre electricidad y magnetismo mediante sus célebres
ecuaciones que describen y cuantifican los campos de fuerzas. Su teoría
sugirió la posibilidad de generar ondas electromagnéticas en el
laboratorio, hecho que corroboró Heinrich Hertz
en 1887, ocho años después de la muerte de Maxwell, y que
posteriormente supuso el inicio de la era de la comunicación rápida a
distancia.
Aplicó el análisis estadístico a la interpretación de la
teoría cinética de los gases, con la denominada función de distribución
de Maxwell-Boltzmann, que establece la probabilidad de hallar una
partícula con una determinada velocidad en un gas ideal diluido y no
sometido a campos de fuerza externos. Justificó las hipótesis de Avogadro y de Ampère;
demostró la relación directa entre la viscosidad de un gas y su
temperatura absoluta, y enunció la ley de equipartición de la energía.
Descubrió la birrefringencia temporal de los cuerpos elásticos
translúcidos sometidos a tensiones mecánicas y elaboró una teoría
satisfactoria sobre la percepción cromática, desarrollando los
fundamentos de la fotografía tricolor.
La influencia de las ideas de Maxwell va más allá, si
cabe, de lo especificado, ya que en ellas se basan muchas de las
argumentaciones tanto de la teoría de la relatividad einsteiniana como
de la moderna mecánica cuántica del siglo XX.
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