(Clermont-Ferrand, Francia,
1623-París, 1662) Filósofo, físico y matemático francés. Su madre falleció
cuando él contaba tres años, a raíz de lo cual su padre se trasladó a París con
su familia (1630). Fue un genio precoz a quien su padre inició muy pronto en la
geometría e introdujo en el círculo de Mersenne, la Academia, a la que él
mismo pertenecía. Allí Pascal se familiarizó con las ideas de Girard Desargues
y en 1640 redactó su Ensayo sobre las cónicas (Essai pour les coniques),
que contenía lo que hoy se conoce como teorema del hexágono de Pascal.
La designación de su padre como
comisario del impuesto real supuso el traslado a Ruán, donde Pascal desarrolló
un nuevo interés por el diseño y la construcción de una máquina de sumar; se
conservan todavía varios ejemplares del modelo que ideó, algunos de cuyos
principios se utilizaron luego en las modernas calculadoras mecánicas.
En Ruán Pascal comenzó también a
interesarse por la física, y en especial por la hidrostática, y emprendió sus
primeras experiencias sobre el vacío; intervino en la polémica en torno a la
existencia del horror vacui en la naturaleza y realizó importantes
experimentos (en especial el de Puy de Dôme en 1647) en apoyo de la explicación
dada por Torricelli al funcionamiento del barómetro.
La enfermedad indujo a Pascal a
regresar a París en el verano de 1647; los médicos le aconsejaron distracción e
inició un período mundano que terminó con su experiencia mística del 23 de
noviembre de 1654, su segunda conversión (en 1645 había abrazado el
jansenismo); convencido de que el camino hacia Dios estaba en el cristianismo y
no en la filosofía, Blaise Pascal suspendió su trabajo científico casi por
completo.
Pocos meses antes, como testimonia su
correspondencia con Fermat, se había ocupado de las propiedades del triángulo
aritmético hoy llamado de Pascal y que da los coeficientes de los desarrollos
de las sucesivas potencias de un binomio; su tratamiento de dicho triángulo en
términos de una «geometría del azar» lo convirtió en uno de los fundadores del
cálculo matemático de probabilidades.
En 1658, al parecer con el objeto de
olvidarse de un dolor de muelas, Pascal elaboró su estudio de la cicloide, que
resultó un importante estímulo en el desarrollo del cálculo diferencial. Desde
1655 frecuentó Port-Royal, donde se había retirado su hermana Jacqueline en
1652. Tomó partido en favor de Arnauld, el general de los jansenistas, y
publicó anónimamente sus Provinciales.
El éxito de las cartas lo llevó a
proyectar una apología de la religión cristiana; el deterioro de su salud a
partir de 1658 frustró, sin embargo, el proyecto, y las notas dispersas
relativas a él quedaron más tarde recogidas en sus famosos Pensamientos
(Pensées sur la religion, 1669). Aunque rechazó siempre la posibilidad de
establecer pruebas racionales de la existencia de Dios, cuya infinitud
consideró inabarcable para la razón, admitió no obstante que esta última podía
preparar el camino de la fe para combatir el escepticismo. La famosa apuesta de
Pascal analiza la creencia en Dios en términos de apuesta sobre su existencia,
pues si el hombre cree y finalmente Dios no existe, nada se pierde en realidad.
La tensión de su pensamiento entre la
ciencia y la religión quedó reflejada en su admisión de dos principios del
conocimiento: la razón (esprit géométrique), orientada hacia las verdades
científicas y que procede sistemáticamente a partir de definiciones e hipótesis
para avanzar demostrativamente hacia nuevas proposiciones, y el corazón (esprit
de finesse), que no se sirve de procedimientos sistemáticos porque posee un
poder de comprensión inmediata, repentina y total, en términos de intuición. En
esta última se halla la fuente del discernimiento necesario para elegir los
valores en que la razón debe cimentar su labor.
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