Fuente: biografiasyvidas.com
Frederick Soddy (Eastbourne, 1877 - Brighton, 1956)
Químico y físico británico. Se licenció en química por la Universidad de Oxford,
y dos años después trabajó como auxiliar de laboratorio en la Universidad McGill,
en Montreal; completó su formación en Londres y ejerció luego la docencia en
Glasgow, Aberdeen y, desde 1919, en la Universidad de Oxford. Junto a Rutherford,
explicó el fenómeno de la radiactividad: la ley de Soddy o de los
desplazamientos radiactivos proponía que los átomos pesados son inestables y
que un elemento pesado puede comenzar un proceso espontáneo de desintegración
atómica, desprendiéndose de una cierta cantidad de masa y carga de sus átomos
hasta llegar a constituir un nuevo elemento. Soddy acuñó el término isótopo
para designar a los átomos dotados del mismo número atómico pero de masa
diferente. En 1920 vislumbró las posibilidades del uso de la energía atómica
procedente del uranio, aplicación que llegaría a ver con sus propios ojos en
1945. Por sus contribuciones al conocimiento de la química de las sustancias radiactivas
y por sus investigaciones acerca de la naturaleza de los isótopos, recibió el
premio Nobel de Química en 1921.
El descubrimiento por el francés Henri
Becquerel del fenómeno de la radiactividad, que debe su nombre a Marie Curie,
había estimulado al químico y físico británico William Crookes a investigar el
uranio. Contradiciendo sus resultados, Becquerel afirmó que el uranio gana en
radiactividad a medida que emite radiaciones. La emisión de los que
inicialmente se denominaron rayos de Becquerel transforma los átomos del uranio
en átomos de radiactividad más intensa; ésta fue la primera sugerencia de que
la radiactividad implica el cambio de un elemento a otro.
En 1902, Frederick Soddy y el físico
británico Ernest Rutherford, de quien era entonces ayudante, descubrieron la
desintegración radiactiva de los elementos a través de experimentos en que se
manipulaban químicamente compuestos de uranio y de sodio. Sus trabajos
llevarían a la formulación de la ley de Soddy o de los desplazamientos
radiactivos: cada elemento radiactivo, empezando por el uranio o el torio, se
desintegra dando lugar a un nuevo elemento al emitir una partícula subatómica,
repitiéndose la secuencia hasta llegar al plomo. Surgió así el concepto de
serie radiactiva, que apoyaba la idea sugerida por el estadounidense Bertran
Borden Boltwood, según la cual los elementos radiactivos no son independientes,
sino que derivan unos de otros siguiendo líneas determinadas de desintegración.
Las investigaciones de Soddy le
condujeron a determinar 45 elementos diferentes en el proceso de desintegración
radiactiva. Sin embargo, en la tabla periódica de Mendeleiev no quedaban más
que diez o doce lugares al final del sistema donde podían ser colocados estos
nuevos elementos intermedios encontrados. Soddy propuso que los elementos
producidos en las transformaciones radiactivas podían ocupar el mismo lugar en
la tabla y, por esta razón, los denominó "isótopos", término formado
con dos raíces griegas que significan "el mismo lugar".
Posteriormente se demostró que los
isótopos son únicamente versiones distintas de un mismo elemento, que se
diferencian en la masa del núcleo. En 1914, Soddy detectó que el plomo es el
único elemento estable en que se desintegran los elementos radiactivos
intermedios. Boltwood lo había anunciado hacía ya una década, sugiriendo la
medición de la cantidad de plomo como medio eficaz y fiable para determinar la
edad de la corteza terrestre. En poco tiempo se desarrollan otros métodos no
radiactivos, o también radiactivos pero más seguros, como el del carbono 14,
que permite la determinación precisa de la antigüedad de los restos orgánicos.
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